Dr. De Córdoba
En las Unidades del Dolor tratamos fundamentalmente el DOLOR CRÓNICO, o sea el dolor que llegó para quedarse, el que ya no desaparecerá espontáneamente a menos que le pongamos remedio. De entre estos dolores destaca el osteomuscular, es decir aquel que se origina en la columna, en las articulaciones o en los tendones. También es muy frecuente el dolor neuropático, vinculado al sistema nervioso central y periférico.
Las técnicas más habituales para combatir el dolor crónico son las infiltraciones y la rizolisis.
INFILTRACIONES
Existen muchas enfermedades que pueden causar inflamación de los nervios y discos de la columna lumbar. Las más habituales son la hernia discal y la reducción del diámetro interno de las vértebras (estenosis de canal); estos casos responden muy bien a la inyección directa de un antiinflamatorio tipo cortisona en la columna.
RIZOLISIS
El dolor de espalda es muy frecuente; se sabe que el 80% de los humanos tendrá un ‘pinzamiento’ (lumbago) a lo largo de su vida. En muchos de estos pacientes el dolor les viene de las pequeñas articulaciones que engarzan las vértebras entre sí. Estas “bisagras” vertebrales duelen cuando están inflamadas o degeneradas. El dolor que nace de estas articulaciones se puede curar aplicando una corriente eléctrica de alta velocidad en los delicados nervios que transmiten la sensibilidad articular.
HISTORIA DE LA ESPECIALIDAD
La especialidad ‘Medicina del Dolor’ es una especialidad joven y todavía poco conocida. Nació gracias al Dr. John Bonica, un anestesiólogo americano que participó en el desembarco aliado. Este médico se percató de que muchos combatientes sufrían dolores resistentes a la morfina, dolores extraños, caprichosos, de difícil interpretación. Fruto de sus trabajos e investigaciones germinó nuestra disciplina: la CLÍNICA DEL DOLOR.