¿EN QUÉ CONSISTE?
Esta técnica consiste en la administración de corticoides en el interior de la articulación o bursa afectadas, con el objetivo de frenar el proceso inflamatorio dentro de las mismas. Puede administrarse con o sin anestésico local en función de cada patología y paciente.
Los corticoides locales son fármacos sintéticos con propiedades similares a las de corticoides naturales propias del ser humano. Tienen un potente efecto antiinflamatorio. Pueden aplicarse por múltiples vías, pero la vía intraarticular es la más eficaz en procesos que cursan con inflamación articular ya que actúan casi exclusivamente en el lugar de la inflamación minimizando los efectos adversos en el resto del organismo.
Tras la correspondiente limpieza de la piel con un producto desinfectante, se introduce la preparación dentro de la articulación utilizando una aguja fina. En manos expertas, la infiltración no suele causar más que una ligera molestia y no suele durar más de un minuto.
Este tipo de infiltraciones deben administrarse con precaución en pacientes diabéticos, hipertensos o anticoagulados. Su administración se desaconseja en aquellos pacientes que tengan previsto un repuesto articular protésico en las semanas/meses posteriores a esta infiltración.