¿EN QUÉ CONSISTE?
El ácido hialurónico es una sustancia de alto peso molecular que se encuentra en alta concentración en la piel, el cartílago y el líquido sinovial. Aporta hidratación y actúa como lubricante. Infiltrado en la articulación favorece el mantenimiento de la integridad articular y pretende reducir el dolor y mejorar la movilidad de la articulación. A nivel peritendinoso nutre el tejido dañado y desempeña una función analgésica.
Las patologías más frecuentes que se benefician de esta técnica son la condromalácea rotuliana, la artrosis (rodilla, cadera, mano, pie/ tobillo) y las tendinopatías de la espalda, codo, muñeca o tobillo. La inyección no suele presentar complicaciones y se realiza guiada mediante ecografía para garantizar el correcto deposito del producto.