La osteoporosis es una enfermedad en la que el hueso se vuelve más poroso, con más aire en su interior, aumentando el número y el tamaño de las cavidades o celdas que existen en su interior. De esta forma los huesos se hacen más frágiles, resisten peor los golpes y se rompen con mayor facilidad. Las fracturas son, efectivamente, el síntoma y la principal consecuencia de esa enfermedad.
La osteoporosis no da síntomas hasta que la pérdida de hueso es tan importante como para que aparezcan fracturas, y esto habitualmente ocurre muchos años después de la menopausia. Existen las siguientes posibles formas de comienzo y detección de la enfermedad.
La prueba fundamental para el diagnóstico de la osteoporosis es la Densitometría. La densitometría no sólo nos informa de la pérdida de hueso en una persona. También puede documentar la respuesta del esqueleto a un tratamiento contra la osteoporosis. Las radiografías simples de los huesos sirven para detectar las fracturas.
En la osteoporosis post-menopáusica y del anciano no suelen alterarse los análisis de laboratorio. Los niveles de calcio (en sangre y en orina), fósforo y proteínas suelen ser normales. La fosfatasa alcalina es una sustancia de la sangre que aumenta, en la osteoporosis, cuando se está reparando una fractura, es decir, cuando se está formando la judería. En algunas situaciones, será necesario medir niveles de la vitamina D en sangre, las hormonas del tiroides o investigar el funcionamiento del riñón o del hígado.
El objetivo del tratamiento de la osteoporosis es la reducción del número de fracturas debidas a esta enfermedad. La herramienta fundamental para conseguir este fin consiste en construir un hueso fuerte y resistente, evitando su pérdida de masa ósea. Aunque el pico de masa ósea de cada persona está condicionado por su carga genética, y sobre ésta no se puede actuar, es importante concienciar a la población joven, especialmente femenina, de que ingieran en la adolescencia y la juventud una cantidad adecuada de calcio que realicen un correcto ejercicio físico y que supriman hábitos nocivos, como el alcohol y el tabaco, con el fin de que obtengan una buena cantidad de masa ósea.